lunes, 23 de febrero de 2015

EXCREMENTOS DE PERROS Y PERSONAS CON DISCAPACIDAD




Rafael Mingo

Hace unos días viví en mi familia un suceso que podía haber terminado en una verdadera tragedia. Hubo suerte y, dentro de la gravedad, podemos estar felices, aunque eso sí, enfadados y muy enfadados con el comportamiento antisocial e incívico de algunas personas visto como actúan  con sus mascotas en ciudades y pueblos.


Los excrementos de perros invaden las ciudades: aceras, jardines y otros lugares prohibidos para “depositar” dichos elementos tan perjudiciales, especialmente para personas con algún tipo de discapacidad. Esto precisamente fue lo que ocurrió en CASTELLÓN, en una de sus aceras, a una persona con prótesis en una de sus piernas y que  necesita apoyarse en una muleta para poder caminar por la ciudad. La muleta fue a parar a la “mierda” del perro, patinó y mi querido, muy querido familiar, fue al suelo. Al caer se golpeó en la espalda, muñeca y codo. 

¿Quiénes son los responsables? Primero el dueño del perro, indiscutiblemente, con su comportamiento incívico, irresponsable, antisocial  y falto de concienciación. No me olvido de los “servidores” públicos, estos también son responsables de tales hechos. Ellos son los encargados de dictar normas y hacer que las mismas se cumplan, algo que está muy lejos de ser realidad.


Recordar a los “servidores” públicos que no se olviden de hacer cumplir las normativas a tal efecto, por ejemplo aquella que dice: “Los propietarios de mascotas están obligados a recoger los excrementos que depositen sus mascotas en lugares no autorizados…”


A la ciudadanía en general quisiera hacerles reflexionar sobre este grave problema, que lo es para todos y muy especialmente para las personas con discapacidad, pensemos en las personas invidentes.


Alguna vez, caminando por la calle, todos hemos estado a punto de pisar tan desagradable “regalito”, e incluso lo hemos pisado. Piensa un poco que esto, que te ha podido ocurrir a ti, con más facilidad y peligro le puede ocurrir a una persona invidente, en silla de ruedas, con muletas o cualquier otro impedimento de discapacidad física. 


Las ciudades son para todos y todos tenemos los mismos derechos, por eso, todos, hemos de cumplir las normativas, para que aquellas personas con discapacidades físicas o sensoriales  no se vean perjudicadas. 


Comparte este escrito para que muchos ciudadanos puedan beneficiarse y que esto sea un granito más para que así las personas responsables encargadas de hacer cumplir las normas, se lo tomen en serio.


Querida familia, te deseo pronta recuperación para que puedas seguir con la gran y hermosa tarea que realizas en tu casa con tus tres hijos y tu marido, siempre entregada a su educación y al resto de los numerosos trabajos que llevas a cabo a lo largo de cada jornada. 

Te doy la enhorabuena (que ironía) porque la caída haya quedado, en principio, en numerosos dolores por todo el cuerpo,   sabes que pudo ser fatal; eres valiente, muy valiente y, sé que vas a luchar para volver a la “tarea” cotidiana, interrumpida por un irresponsable e incívico ser  “humano, que dejó los excrementos de su perro, allí, en la acera, pensando que él está solo en el mundo. Se olvidó de ti, ser maravilloso que no merece estos hechos tan despreciables, tampoco el resto.

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